La idea de establecer en Bahía Blanca una refinería de petróleo perteneció a Ricardo Eliçabe, quien puso en marcha ese emprendimiento industrial en abril de 1926, con la elaboración de naftas y otros combustibles derivados a partir del petróleo proveniente de Challacó, Neuquén. El producto final se llamó Isaura, en memoria de una de las hermanas del fundador de la compañía.