Miembro de una tradicional familia local, su padre, Eliseo, se instaló en Bahía Blanca en 1881 para ejercer su profesión de maestro, siendo uno de los fundadores de la Biblioteca Rivadavia y partícipe de hechos trascendentes de la ciudad. Cuando Eliseo falleció, en 1914, Osvaldo tenía 21 años y estaba llamado también a marcar una página importante en la historia local.