Premisa inicial: por mucho que los chimpancés se parezcan a los humanos, no deben vivir con nosotros, sino con sus congéneres. Aunque parezca de perogrullo, no siempre pasa y son muchos los humanos que adoptan a estos animales como mascotas. Un ejemplo muy mediático ha tenido lugar en Ohio (EE.UU) donde 4 chimpancés vivían concretamente en un pequeño garaje de un Airbnb para hacer las "delicias" de los huéspedes. Han tenido suerte y han sido rescatados. Si escuchas, te lo cuento.