Nada hacía presagiar que Enrico Caruso, nacido hace 150 años en el seno de una humilde familia napolitana, llegaría a convertirse en uno de los tenores más famosos de la historia. Y lo sería no solo por su voz, sino porque fue pionero en una tecnología que empezaba allá por los inicios del siglo XX: el disco. Se atrevió a grabar uno y fue un éxito que catapultó su fama.