Italia tiene una merecida fama de país de cultura, aunque en las calles de sus ciudades languidecen cerrados unos 500 teatros. Un problema que le afecta de norte a sur, desde la Lombardía de Darío Fo, pasando por la Roma de Ana Magnani, hasta llegar a la Nápoles de Pulcinella. Pero hay quien se resiste y quiere resucitar locales históricos. Si escuchas te lo cuento...