Imagina lagos, cuencas fluviales y praderas...Y de repente el Sáhara, el desierto tal y como lo conocemos ahora.
Pues, aunque no lo creas, en otras épocas el desierto tenía ese paisaje tan amable para la expansión humana. Es la teoría del Sáhara verde, que ahora nos cuesta tanto imaginar.
Y apunta que los primeros humanos se expandieron más rápido de lo que se creía.
Un proyecto arqueológico hispano-marroquí confirma esta visión del desierto que en su momento no lo era. El equipo ha encontrado desde 2006 decenas de yacimientos con restos de animales y a veces presencia humana.