En efecto se tiene un marco legal que fue el resultado de las quejas del candidato López Obrador que cree que le hicieron fraude, derrotado en el 2006. Eso llevo a una regulación, que parece absurda, pero es la existente. El problema es que ni el INE, ni el Tribunal Electoral lo frenaron a tiempo. Los lineamientos son absurdos porque abren una puerta que justo no podían regular bien y sobre todo cuando quisieran poner un límite. Se está a casi nada de que se anuncien las encuestas. Ya hubo gasto promocional visible, por parte de los candidatos Sheinbaum y Adán Augusto, aunque no queda claro cómo se contabilizara ese gasto.