En la espuma de los días, la cantante Nadia abre su corazón y nos habla de sus debilidades y sus fortalezas. En más de dos décadas de trayectoria ha pasado por momentos difíciles de depresión, angustia, traición y dolor, pero ha logrado salir adelante.
A 21 años de su participación en La Academia, Nadia reconoce que era muy joven para procesar el éxito y la cantidad de trabajo que tenía, fue una etapa muy difícil, pero el cariño del público la sostuvo. “La música ha sido su refugio, pues cantar es parte de mí, es como respirar”. Dios ha hecho muchas cosas por mí, en La Academia perdí la voz por cuatro nódulos, tiendo a la melancolía y a la depresión, por eso he buscado en la música un medio de mantener mi mente ocupada en cosas positivas.
Llegó al punto más bajo, al enterarse de la traición de una persona en la que confiaba, “cruce la línea de la locura, pero Dios comenzó a cambiar el rumbo de mi vida. Dios sigue restaurando las heridas porque fue como la bomba de Hiroshima”. Hoy, asegura que sabe la razón por la cual está viva, en este tiempo y en este momento. “Antes yo no lo sabía y es algo que me causaba un dolor en el corazón y ahora lo sé, yo sé cuál es el propósito de mi vida y poder trabajar en ese propósito y cumplirlo día a día me da un gozo”.