Dani Ochoa tiene un restaurante un poco raro donde se cocina el monte, se reciben bastantes premios, se cocinan callos, y te obligan a catar unos cuantos vinos naturales por comida. Todo un combo. Detrás está un tipo con las ideas claras y las prácticas en consonancia, con una visión de vanguardia. De esos de los que en España se le aplica el "ladran, luego cabalgamos", por su controvertida carta de vinos. A conocer.