En las leyendas de los santos se hace alusión a los Espíritus Elementales de la Naturaleza llamándolos muchas veces “diablos”, nombre que no merecen; porque hay Elementales buenos tanto como malos: pero aunque pueden ser muy egoístas, no han desarrollado ningún amor por el mal absoluto porque sólo tienen almas mortales, pero no esencia espiritual que los haga inmortales.