Darío estaba en medio de los preparativos para su tercera expedición a Grecia cuando todo se acabó para él por culpa de la muerte. Su hijo y sucesor Jerjes se convirtió entonces en el rey de Persia.
El nuevo monarca no tenía especial interés en la disputa con los griegos, pero sus cortesanos y los griegos exiliados que vivían en su palacio le insistieron tanto que finalmente dio su consentimiento. Entonces se enviaron por todo el reino órdenes de prepararse para la guerra, y Jerjes dijo que él mismo comandaría el ejército.
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Fuente: «La historia de los griegos», de Hélène Adeline Guerber, disponible en https://academialatin.com/cultura-griega/historia-griegos-guerber/
