Como todos los griegos adoraban los juegos olímpicos, Alcibíades siempre estaba por allí. Participaba sobre todo en las carreras de carros, y sus caballos ganaron tres premios consecutivos, para el deleite de sus admiradores.
A pesar de su vanidad, Alcibíades era lo suficientemente inteligente como para entender que la gente de Atenas lo admiraba principalmente porque era apuesto y rico. También sabía que se complacían en los cotilleos y chismorreos, por lo que a veces hacía cosas solo para que hablaran de él.
🏺 «La historia de los griegos»: https://pacus.es/griegos
👉 Y recuerda: https://humanistasenlared.com/boletin/
Fuente: «La historia de los griegos», de Hélène Adeline Guerber, disponible en https://academialatin.com/cultura-griega/historia-griegos-guerber/