Se dice que Rómulo fue rey de los romanos durante treinta y siete años. Aunque al principio fue un buen gobernante, no tardó en hacerse soberbio y cruel. Como era el rey, quería salirse siempre con la suya con cualquier cosa, y, como pronto dejó de importarle si lo que él quería era bueno para los romanos, el pueblo empezó a odiarlo.
Alguien que piensa solo en sí mismo no puede tener amigos de verdad, y Rómulo pronto se quedó solo; pero, aunque el pueblo lo odiaba, le tenían demasiado miedo como para desafiarlo abiertamente y mostrarle su desagrado.
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Fuente: «La historia de los romanos», de Hélène Adeline Guerber, disponible en https://academialatin.com/cultura-romana/historia-romanos-guerber/
