Como hemos visto, los romanos solían salir victoriosos en las guerras que hicieron contra sus vecinos. Sin embargo, tenían éxito solo porque estaban extraordinariamente bien entrenados.
No muy lejos de la ciudadela había una amplia llanura, con el Tíber a un lado. Este espacio estaba apartado, desde el principio, con el objetivo de ser un campo de entrenamiento para los jóvenes de Roma, a los que se les enseñaba a desarrollar los músculos de muchas formas. Los hombres jóvenes se reunían allí todos los días para practicar, hacer carreras, luchar, boxear y nadar en el Tíber.
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Fuente: «La historia de los romanos», de Hélène Adeline Guerber, disponible en https://academialatin.com/cultura-romana/historia-romanos-guerber/
