Tarquino llevaba dos intentos frustrados de recuperar el trono, pero aún no había perdido la esperanza por completo y, reclutando un tercer ejército, volvió a marchar hacia Roma.
Cuando el senado y los cónsules oyeron de este nuevo peligro, resolvieron entregar toda la autoridad a un único hombre que fuera lo suficientemente inteligente como para ayudarles en aquel tiempo de necesidad. Por tanto, eligieron un nuevo magistrado bajo el nombre de dictador.
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Fuente: «La historia de los romanos», de Hélène Adeline Guerber, disponible en https://academialatin.com/cultura-romana/historia-romanos-guerber/