César, uno de los más grandes romanos hasta la fecha, había muerto asesinado por Bruto, que creía que era su deber librar a su patria de un hombre cuya ambición era tan grande que podía llegar a ser dañina.
Bruto era tan severo como patriota y no le pareció mal matar a un hombre por el bien del país. Por tanto, no dudó en dirigirse al senado y explicar sus razones para hacer lo que hizo.
Para su sorpresa e indignación, no tardó en encontrarse hablando a las bancas vacías. Los senadores se habían marchado todos porque no sabían cómo se tomaría el pueblo la muerte de su ídolo.
👉 Y recuerda: https://humanistasenlared.com/boletin/
Fuente: «La historia de los romanos», de Hélène Adeline Guerber, disponible en https://academialatin.com/cultura-romana/historia-romanos-guerber/