Algunas de las legiones romanas, disgustadas por tener a un emperador tan poco digno, se rebelaron junto a su general Antonio. Sin embargo, como este no fue capaz de contentarlas, no lucharon con mucha dedicación por él, y sus tropas acabaron completamente derrotadas a la primera ocasión en que se enfrentaron a las legiones que permanecían leales a Domiciano.
Aunque los soldados no habían sido capaces de librarse de Domiciano, el cruel reinado del emperador terminó pronto. Se había casado por la fuerza con una mujer, conocida como Domicia. Naturalmente, ella no podía amar a un marido que la había tomado contra su voluntad. Por tanto, Domiciano se cansó de ella y escribió su nombre en las tablillas donde registraba a quién había que ejecutar.
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Fuente: «La historia de los romanos», de Hélène Adeline Guerber, disponible en https://academialatin.com/cultura-romana/historia-romanos-guerber/
