No, no soy perfecto y me cansé de tan si quiera intentarlo.
Me cansé de luchar contra mis demonios, mejor opté por aceptarlos y dejarlos ahí reposar.
El parloteo de mi mente es muy poderoso si le pongo mucha atención, frecuentemente pierdo la batalla, opté por dejar de resistirme y comenzar a practicar la meditación para algún día, con suficiente práctica en lugar de gancharme solo observarme y soltar esos pensamientos como olas del mar que vienen y van.
Nadie dijo que la vida sería fácil si escoges el camino de la luz. Practicar la templanza en crisis existencial es una destreza que deseo alcanzar. Ponerle un alto rotundo al placer inmediato es mi meta a corto plazo. Porque practicar la disciplina y ser responsable sin atajos ni autoengaño, tiene sus recompensas a largo plazo.
Mientras escribo este ensayo repaso en mi mente a quien se ha retirado de mi vida y no valoré, y a la vez reconozco que nada es permanente, que en toda situación hay ciclos que tienen un principio y un final. Le imploro al universo que me de las agallas para practicar el desapego constantemente, fuente de mucho sufrimiento generado por mi mente, que al final se que es una ilusión, pero que se siente tan real como sentir la textura de un objeto inanimado. Y a la vez la física cuántica, también es una interpretación que mi cerebro le da a la materia.
Doy rotundas gracias aunque a veces no lo crea, porque se que a veces me gana mi ego, pero insisto en que pronto mi parte cristica predominará con mayor frecuencia.
Y así es esto, hasta que aprenda la lección se me seguirá presentando la misma situación con diferentes personajes.
Urge rendirme cada instante a mi razón, a mi terquedad y decirle adiós a mi arrogancia espiritual y rogar tener la humildad como hábito constante en mi actuar. Aceptar la voluntad del creador es mi única salvación porque por mi mismo nunca pude. Toqué fondo.
Gracias.