Estamos de vuelta, la conchelalora. Esta vez desvariamos sobre este temilla tan candente que es la Inteligencia Artificial y el miedo que se le tiene a que reemplace a los pobres poetas y narradores del mundo. Tranquilos, amigos míos, en Valga la Redundancia sabemos que las IA's nunca podrán hacer lo que nosotros hacemos: escribir, llorar, publicar y curarse en los vinos de honor.