¿Os acordáis las historias, donde a nuestros antepasados, secuestrados en la esclavitud, les dejaban tocar rumba y música, tomar ron, o licores fabricados desde la creatividad, de vez en cuando, para cantarle y llorarle, a la tierra en desarraigo en la memoria, a los amores, hijes, y familias, perdido en el mar, bajo la crueldad de los amos blanques? Era su momento de hedonismo, disfrute y enajenación, a tantos horrores y sufrimiento. Hoy los descendientes, los celebramos, y les bailamos un homenaje, cada vez, que sentimos disfrute y placer en esta vida. Por elles, por nosotres, por los que vendrán. El hedonismo como resistencia..
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