Hay ficciones que se derriten en la boca del espectador, saben a transgresión. Pero algunas dejan un sabor que incomoda.
Esta semana hablamos de historias que cruzan líneas peligrosas.Obras que despiertan preguntas incómodas sobre erotización, violencia y representación.¿Hasta qué punto la libertad creativa puede justificarlo todo?