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Se trata de un embutido cocido, originario de la ciudad de Bolonia, en Italia.

Su receta tradicional es un arte: está hecha a base de carne de cerdo finamente triturada hasta lograr una pasta suave y homogénea.

A esta pasta se le añaden tradicionalmente trozos de grasa de cerdo de alta calidad (los cubitos blancos que le dan su aspecto característico), especias como pimienta en grano, nuez moscada y, en algunas variedades, pistachos o aceitunas.

Luego, se embute y se cuece lentamente en hornos especiales. Este proceso le da esa textura sedosa y ese sabor delicado y perfumado que la hacen única.

¿De qué está hecha la mortadela? La verdad sin mitos

Existe un mito muy extendido, sobre todo en algunos países de Latinoamérica, que dice que la mortadela se hace con carne de caballo. Sin embargo, esto no es cierto.

La receta de mortadela original y la más extendida a nivel mundial utiliza exclusivamente carne de cerdo.

Es importante leer las etiquetas, ya que algunas versiones más económicas pueden mezclar carne de cerdo con otras carnes, como la de vacuno o ave, pero la base y el sabor característico provienen del cerdo.

3 formas infalibles de usar la mortadela en la cocina

Esta es mucho más que un simple fiambre para un sándwich apurado. Su sabor suave y su textura permiten jugar en la cocina de mil maneras. Aquí van tres ideas que nunca fallan y que demuestran su increíble versatilidad.

1. El sándwich de mortadela elevado a la máxima potencia
La clave está en usar un buen pan, como una focaccia o un pan ciabatta, y combinar el embutido con ingredientes que realzan su sabor. Un poco de queso provolone, rúcula fresca y un pesto de tomates secos pueden hacer la diferencia.

Tip pro: Una combinación espectacular es la mortadela con pistachos, unas láminas de queso parmesano y un hilo de aceite de oliva. Es una forma sencilla de sentir que se está comiendo en una trattoria italiana sin salir de casa.

2. La infalible: la picada de mortadela
Aquí la mortadela juega de en su cancha. Cortada en cubos es un clásico que no puede faltar.
Pero ojo que siempre se puede ir un paso más allá: Unos arrolladitos rellenos de queso crema y ciboulette son una opción fácil y que queda genial. También se puede combinar con aceitunas, quesos y otros fiambres.

3. Milanesas de mortadela: una receta para sorprender
Sí, leyeron bien. La mortadela empanizada, o “milanesa de mortadela”, es una receta económica, rapidísima y absolutamente deliciosa. Consiste en cortar fetas gruesas del embutido (de un centímetro aproximadamente), pasarlas por huevo batido y luego por pan rallado, como cualquier milanesa.

Se pueden freír o hacer al horno hasta que estén doradas y crujientes.

El resultado es una capa exterior crocante con un interior tierno y sabroso que se derrite en la boca. Se pueden servir las milanesas de mortadela al plato con puré de papas o ensalada, o incluso hacerlas a la napolitana con salsa de tomate, jamón y queso.

Es una forma genial de darle una vuelta de tuerca a un clásico. Una receta salvadora, económica y que le gusta a todo el mundo. Ideal para esos días en los que no hay mucho tiempo para cocinar.

Receta de milanesa de Mortadela paso a paso

Porciones: 3-4 porciones
Ingredientes
8 rodajas de mortadela (de 1 o 2 cm de grosor)
2 huevos
Pan rallado
Ajo
Perejil picado (opcional)
Aceite para freír o para rociar (si se hacen al horno)
1 limón (opcional)
Sal
Pimienta

Cómo hacer milanesas de mortadela paso a paso

Preparar la mezcla para empanar: En un bol, batir los huevos con sal, pimienta, el ajo picado y el perejil, si se va a usar. En otro plato hondo, colocar el pan rallado.

Empanado: Pasar cada feta de mortadela primero por el huevo batido, y luego por el pan rallado, presionando suavemente con las manos para que el empanado se adhiera bien.

Para freír: Calentar abundante aceite en una sartén. Cocinar las milanesas un par de minutos por cada lado, hasta que estén doradas y crujientes. Retirar y escurrir sobre papel absorbente.

Para hacer al horno: precalentar el horno a 200°C. Colocar las milanesas en una placa para horno previamente aceitada y cocinar durante 15 minutos o hasta que estén doradas, dándolas vuelta a mitad de cocción.

Servir calientes, acompañadas con unos gajos de limón. Quedan espectaculares con puré de papas o una ensalada fresca.