Petro y su gobierno decidieron hacerse los de las gafas a la hora de condenar ante la OEA los atropellos, cada vez peores, de la dictadura de Daniel Ortega. La silla vacía de Colombia no fue casualidad, y aunque el embajador, Luis Ernesto Vargas, no se ha posesionado, estaba la encargada de negocios de la embajada… pero la instrucción de la Cancillería fue clara: no asistirSee omnystudio.com/listener for privacy information.