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Description

La cima de la montaña representa el punto más alto que puede alcanzar el hombre encarnado, el lugar de conexión entre lo humano y lo divino. Por esta razón, muchos maestros espirituales (Jesús, Moisés, etc.) tuvieron que ascender a lo alto para entrar en contacto con Dios y en diversas tradiciones la «Morada de los Dioses» se asocia a una elevación sagrada. Dentro del proceso de perfeccionamiento interior o sendero iniciático, la cumbre simboliza la Iniciación o Iluminación, el momento preciso donde se produce la conjunción de los opuestos, que es tanto la reunión entre el Cielo y la Tierra como la apertura del ojo del corazón, aquel que nos permite encontrar el centro y reconocer nuestra doble naturaleza, material y espiritual.