Tras 14 años de pausa del Tratado de Cooperación Amazónica (OTCA), se reunieron por fin los ocho estados miembros que conforman la organización en lo que han llamado la cumbre de la Amazonía “Unidos por nuestros bosques”. En Belém, en la desembocadura del gran Río Amazonas, invitados por el presidente Lula da Silva.
Y el presidente Petro de Colombia que quiere estar a la cabeza de esta agenda frente al mundo, como fue evidente en la precumbre de Leticia hace un mes, respondió el llamado a lista de primero con propuestas innovadoras como crear un tratado militar y judicial para defender la vida de la Amazonia, una especie de OTAN amazónica y el intercambio de deuda por bonos de carbono (una propuesta que muchos comparten).
Del consenso que se alcance esta semana dependen más de 300 millones de personas en Suramérica, 47 millones en la Amazonía y el 10% de las especies conocidas de la superficie terrestre.
