Aunque es indudable que México necesita una gran reforma judicial, la iniciativa que se propuso en febrero, donde se busca remover de golpe a todos los jueces, magistrados, ministros de la corte, magistrados electorales, etc, y elegirlos por un incierto método de voto popular, puede ser profundamente dañina para el gobierno que inicia. En mi artículo de hoy en El Universal expongo las razones.