Cerrar ciclos en relaciones es un acto de liberación y autocuidado. Implica aceptar que ciertas etapas han llegado a su fin y es fundamental para avanzar con una visión más clara y renovada hacia el futuro. Dejar atrás lo que ya no nos sirve permite abrir espacio para nuevas experiencias y aprendizajes, reforzando nuestra autoestima y bienestar emocional. Aunque puede ser difícil, soltar es un paso necesario para el crecimiento personal.