Casado algún día imaginó que tras lograr la hazaña de liderar el PP también llegaría a presidente del Gobierno, que sería cuestión de tiempo, cosas de la alternancia entre socialistas y populares. ¿Un mediocre con ambiciones puede llegar a semejante lugar? Pues sí. Sin duda. Esa desgracia es posible. Pero a Casado le salió un grano en el trasero al elegir a una mujer, Díaz Ayuso, como candidata a la Comunidad de Madrid. Pensó que eran unos comicios perdidos, pero sorprendentemente, la muchacha se hizo con la presidencia de la Comunidad. Y luego llegó la pandemia donde la gestión en Madrid puso a prueba el liderazgo de Ayuso, un examen que aprobó con nota, de ahí que triunfase tras convocar elecciones anticipadas. La insulsa, anodina y desconocida Ayuso se convirtió así en dama de la libertad, estrella popular en auge jaleada por la gente y aplaudida en las plazas.