La Biblia dice en Eclesiastés 5:4-5. "Y cuando haces un voto a Dios, no tardes en cumplirlo porque él no se deleita en los necios. Es mejor que no hagas votos a que hagas votos y no los cumplas".
Tres verdades bíblicas acerca de las promesas y los votos a Dios:
1. Verdad Número uno: Hacer promesas o votos a Dios es algo que es provechoso, pero que no debemos tomar a la ligera. Dios no es semejante a los hombres con quienes hacemos tratos que luego rompemos a nuestro placer. Eso es usar su nombre en vano.
2. Verdad número dos: Si vas a hacer votos o resoluciones, asegúrate de que están a la medida de tu alcance. Es decir, que puedes cumplirla. Después de todo, no es una obligación.
3. Verdad número tres: Los votos o promesas no son una apuesta, sino un compromiso. Una especie de resolución que tomamos con el propósito de afirmar nuestra comunión con Dios y también nuestro servicio hacia otros.