No cabe la menor duda de que vivimos en un mundo donde el dinero es importante, no podemos engañarnos, yo diría que más que importante, vital para el ser humano actual, no vivimos en una comunidad Hippie de los años 60, que se alimente de lo que siembran, no, en la sociedad actual hay ciertas necesidades que se satisfacen solamente con dinero, y no hablo del ideal cultural del dinero donde por tenerlo tienes una especie de superioridad moral que te da derecho hacer literalmente lo que te dé la gana, sin importarte un carajo los demás seres humanos y donde se cultiva el amor al dinero, no hablo de eso, hablo de que las personas que quieren tener una vida estable financieramente, poder cumplir con los gastos de la familia, poder enviar a sus chamos a la universidad y agarrar vacaciones una vez al año, sin la necesidad de vivir de cheque en cheque o de sueldo en sueldo, ese sería el ideal mas o menos aceptable para la mayoría de las personas, obviamente aquí vamos a encontrar mucha estabilidad en la pareja, obviamente existirían otro tipo de discusiones pero el dinero no seria un tema por el cual se discuta, pero ¿Qué sucede cuando no hay esa estabilidad económica? Y tú único pensamiento es que ¿Qué vamos a comer mañana? O ¿Cómo voy a pagar el colegio de los chamos? Bueno, resulta que en este caso los problemas económicos funcionan como una lupa que magnifica todo lo malo que hay en la relación, y es precisamente de lo que hablaremos el día de hoy.
