¿Recuerdas esa primera noche justo después de una ruptura? Cuando el silencio se vuelve más ruidoso que cualquier discusión, por fuerte que esta sea... Miras tu teléfono, esperando ese mensaje que nunca llega. Pero lo que sí llega son tus amistades. ¿Y qué hacen? Depende. Quizás tus amigos te arrastran a una noche de distracción con cerveza y risas forzadas. O tal vez, tus amigas llegan con helado en una mano y una caja de pañuelos en la otra, listas para escuchar cada detalle, cada lágrima. Todos hemos pasado por esa situación, y aunque el dolor de una ruptura es universal, la forma en que nos apoyamos entre amigos varía mucho, sobre todo entre hombres y mujeres. ¿Por qué sucede esto? ¿Qué podemos aprender de estas diferencias para mejorar nuestra forma de dar y recibir apoyo? Hoy hablaremos de cómo las amistades nos ayudan –o a veces nos dejan un poco más perdidos que antes– en los momentos más difíciles. Vamos a explorar estudios recientes que revelan patrones sorprendentes. Desde la distracción como estrategia masculina hasta la empatía profunda que predomina en los círculos femeninos.
