Imagina esto… Clara y Daniel llevaban juntos más de 10 años. Se amaban, tenían una familia hermosa y, en general, su relación era buena. Pero había un problema del que ninguno quería hablar en voz alta… Su vida sexual se había vuelto un recuerdo lejano. No era que faltara amor, ni que ya no se atrajeran, pero el trabajo, los hijos, la rutina y el cansancio parecían haber apagado la chispa. Cuando intentaban acercarse, algo siempre se interponía: El estrés del día, La falta de tiempo, o simplemente la idea de que el sexo debía ser espontáneo para ser especial. Hasta que un día, en medio de una conversación honesta, Clara dijo: "¿Y si lo programamos?" Daniel la miró sorprendido. ¿Sexo en la agenda? ¿Como si fuera una reunión de trabajo? Sonaba poco romántico, casi mecánico. Pero decidieron intentarlo. Marcaron una fecha en el calendario, enviaron mensajes provocativos durante el día, prepararon un pequeño ritual de anticipación… y cuando llegó el momento, fue más intenso, apasionado y emocionante de lo que esperaban. Porque programarlo no lo hizo menos especial, sino más emocionante. Si alguna vez has sentido que el deseo en tu relación se apaga por la rutina, este episodio es para ti. Hoy vamos a explorar: ¿Por qué programar el sexo no es aburrido, sino todo lo contrario? ¿Qué dice la ciencia sobre el impacto de la planificación en el deseo y la satisfacción sexual? ¿Cómo convertir la programación en un juego erótico para avivar la pasión en pareja? Porque el deseo no tiene que esperar a que la espontaneidad toque la puerta… ¡se puede construir, estimular y encender de formas inesperadas!