Mírame que los minutos corren,
bésame que el tiempo pasa.
Abrázame que la muerte espera,
ámame que la vida escapa.
Sé mía ahora y vuelve a serlo,
sé la última ola en mi playa.
Para borrar todas las huellas,
para ser sal, arena y agua.
Tómame la mano y apriétala,
dame tu boca y muérdeme,
que de todo no quedará nada
y el recuerdo no conocerá el mañana.