Olvidarte sería olvidarme,
darte mis horas, mis días,
mis últimos meses, años
y quedarme solo, tan solo
con la boca seca y vacía
sin el agua de tus labios.
Olvidarte sería olvidar
la lluvia, los amaneceres,
tu mirada, tu cuello, tu sonrisa.
Olvidar tus cabellos al viento,
tu paso lento y tu aroma,
que hiere como las espinas
de rosal de otoños pasados
Olvidarte no es posible,
¡cómo olvidar la vida misma!
Antes prefiero morir ahora,
que seguirte sin que seas mía
besando las sombras de tus pasos.