Pasan los minutos,
pasan las horas.
Los días se siguen
y las negras sombras.
Ya no soy el mismo,
me falta la aurora.
La noche muriendo
y mi boca en tu boca.
Pasan las semanas,
el calor sofoca
y una lluvia triste
me moja en deshoras.
Ya no soy el mismo,
mis manos te imploran.
Ávidas del néctar
de tu húmeda rosa.