Quiero tocarte,
atravesar tus carnes,
llegar a tus huesos
y a tu alma
para hacerla mía
en un abrazo y un beso.
Quiero lamerte,
libarte, beberte
hasta la última gota
de tu savia
para después,
empezar de nuevo.
Quiero labrarte,
llenarte de semillas,
ararte hasta los pies,
hacerte jardín y huerto,
para que florezca todo
en una primavera sin tiempo.