Si la luna va a la mar desnuda
a vestirse en espuma de olas,
dejando un hueco en cielo,
para que entre en tu alcoba.
No será por la ventana abierta,
ni por la puerta pesada y floja,
que llegaré a golpear tus muros,
para que no llegue la aurora.
Será por tu jardín de azucenas,
por la hiedra que todo decora,
que llegaré a tu balcón en sueño
a susurrarte amores sin hora.