En la esquina de la carrera quinta con trece, pleno centro de Cali, desde hace más de 50 años se ubica, de lunes a sábado desde las 8 de la mañana, Gustavo Castillo Mejía, un afrodescendiente de 71 años, a vender sobre el andén productos como el “Ajo Macho”, que ofrece en una tela Bayetilla de color rojo.
Gustavo, oriundo de Barbacoa, en Nariño y conocido como el “Rey del Ajo” no solo vende este producto, sino que lo ofrece rezado para la buena suerte, para lo cual pide a los clientes su nombre, apellido y fecha de nacimiento.
Luciendo llamativos busos de colores que compró en Jamaica y varios collares para la suerte que cuelga bajo su cuello, Gustavo Castillo, que solo ve por el ojo derecho, llego a esta esquina del centro de Cali en el año de 1972 a vender “Ajo Macho”, en donde, por esa época, se ganaba menos de 7 mil pesos diarios.
Vendiendo este producto, que tiene propiedades medicinales para combatir parásitos intestinales, ayudar con problemas de la piel y actuar como descongestionante respiratorio, Gustavo logró sacar adelante a sus cuatro hijos, dos hombres y dos mujeres y construir el primer piso de su vivienda en el barrio Marroquín, al oriente de Cali.