Hoy es un buen día para amar, para consentir, para dar un detalle inesperado, para sorprender, para tomar una copa de vino, para ser generoso y para que brille lo mejor de ti. Hoy es un buen día para mirar el cielo sin importar sus matices, para sentir el aire, percibir la lluvia o simplemente dejarse abrigar por el calor del sol. También es un buen día para recibir noticias y convertirlas en algo bueno, sin importar de dónde vengan o cuál sea su intención. Hoy es un buen día para hacer esa llamada o para perdonar y dejar atrás lo que le pesa al alma. Y, aunque ya lo he dicho, hoy es un buen día para amar, pero amar de todas las formas posibles, porque no puedes permitir que pase un día más sin sentir el poder transformador del amor cuando te lo brindas a ti y que por consecuencia se proyecta en los demás. Hoy sin duda alguna es un buen día…