Tras 10 meses de revueltas, lo único que sabemos de Siria es que su población vive el día a día entre bombas y francotiradores. La dinastía de Asad se agarra al poder con fuerza para no sufrir la primavera democrática de otras zonas de la región como Túnez, Egipto, Libia o Marruecos. Mientras, Estados Unidos y Europa practica un doble rasero: denuncian pero no intervienen. "Se conforman con un falso referendum". Los periodistas apenas se atreven a informar. Sólo algunos comprometidos, arriesgan la vida para contar lo que allí se está viviendo. Entre ellos destaca, Antonio Pampliega, corresponsal de guerra y amigo de Piedra de Toque. Con él hemos viajado en diferentes ocasiones a Afganistán, su último destino. El sábado nos habló de los ochos días que vivió en el país junto a los rebeldes. "Tienen que morir occidentales para darnos cuenta de que lleva casi un año de revueltas y más de 8.000 personas asesinadas por el régimen".