Milord, durante una década (10 años) he tratado de vivir conforme a Tu Voluntad y he puesto uno de mis talentos al servicio de la Orden templaria, del Temple, en Cuba. A pesar de no contar con un registro y/o aprobación alguna por parte de la iglesia y el estado, el espíritu del Temple ha llegado y desde entonces vive, en el corazón de algunos caballeros y escuderos en esta isla. No han faltado las discordias, los encuentros y desencuentros, entre los hombres que dicen amar el Temple y los hermanos que traen consigo la esencia de los caballeros de Cristo. En lo que a mí respecta, soy capaz de perdonar las afrentas porque yo también he afrentado a más de uno, sin embargo, nunca olvido los agravios y las ofensas en público. Sobre todo cuando las discusiones empezaron al privado y no para conocimiento de todos. Luego, he tenido que hacerlas públicas y mis demandas he colocado a los pies del Altísimo. Sin embargo, yo perdono, más nunca olvido. Sobre todo porque las mentiras y las falacias no son de Dios. Aquellos que me han juzgado y acusado en público, verán sus palabras, sus pensamientos y acciones el día del juicio. Siempre dicen que donde hay 3 reunidos en el nombre de nuestro señor Jesucristo, allí está Dios, y también Judas. No el supuesto Judas que refiere su evangelio apócrifo, el amigo fiel que había de entregar a Jesús por su propio mandato, para que se cumpliese la Voluntad del Padre. Hay un Judas que también acompañó a Felipe IV de Francia y por supuesto, a su fiel Guillermo de Nogaret. Y ese traidor existe hoy multiplicado por cientos en las filas del Temple moderno. Dios, uno es, como es una Santa, Católica y Apostólica, nuestra iglesia. A ella me debo en el plano temporal y la Orden templaria llevo en mi espíritu hasta la presencia del Creador en su Templo, delante de obispos y sacerdotes y religiosos (Laicos) fieles o consagrados mediante votos perpetuos o temporales, a través de sus juramentos y ceremonias. Atemporal es mi lealtad a Dios Padre Celestial, en quién tengo a un amigo, maestro y guía. Una vez le dije a Michel (Monseñor Calzadilla) pueden robarme las ideas, pero jamás el talento. A lo que respondió: Y ese talento lo pondrás una vez más, y cada vez que sea necesario, en beneficio del Temple. Y así será. Amén. Dios lo quiere. Deus lo Vult. Él sabe quién se equivoca y quién NO. En sus manos dejo la verdad y Él juzgará a los mentirosos y traidores con dureza. Y también solo Él restituye nuestro honor con su Infinita sabiduría y su Infinito amor. Amén. Gracias Milord. Caballero templario por la gracia de Dios, sin la ceremonia de investidura por la mano del hombre. Amén. Hágase Tu Voluntad. Amén. Maestro de Formación, Fundador de TempleCuba. templecuba@gmail.com
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