Las mentiras y las traiciones de los hombres llegan hasta Dios, y nada es oculto para su verdadero rostro. Solo un caballero que dice la verdad y no traiciona puede merecer la paz, el honor y la gloria del Creador. Nuestro señor Jesucristo vivió entre los hombres predicando con su palabra y con su ejemplo. No cabe un guerrero templario hoy sin estas cualidades. Muchos podéis investiros y usar un manto blanco, pero la mancha en él no se puede borrar. La cruz de gules en este y en el beauseant, como en la espada y en la sobrevesta, es testigo fiel de la sangre de Cristo y de las batallas internas que vivió cada uno. No concibo que me llamen falto de investidura los que han tenido la oportunidad de hacerlo y no merecen tal honor. Si de Dios la Voluntad es, por la mano de un simple mortal yo seré investido, pero la gracia divina del Creador me hizo un caballero, antes que me toque la espada del hombre los hombros. Así pues, hermano del Temple que lees mis escritos, cuida primero tu alma y busca el espíritu templario, antes que la aprobación de aquellos que mienten y traicionan. Algún día, Milord Jesús Cristo, dará cuentas de aquellos que habéis ultrajado el nombre de Dios, tomándolo en vuestros labios y dedos para manipular y engañar. Algún día se verá como caerán los que, llevados por su egoísmo y ambición, ultrajaron a otros hermanos con sus calumnias. Por mis venas corre la sangre de miles de guerreros y soldados de Dios, nobles y plebeyos, y no seré yo quien deje de luchar en este mundo, y suelte mi espada sin haber sangrado por Cristo y por mis hermanos. Prepárate, hermano, antes de la ceremonia de investidura. Alista no solo tu cuerpo y tu mente, sino tu espíritu, antes de recibir el manto sagrado. No toques lo que no mereces. Purifica tu alma y busca la fortaleza en el amor del Padre Celestial, para enfrentar cualquier desafío y salir victorioso de cada batalla contra los enemigos de la carne y el espíritu. No temáis a una muerte gloriosa, pues, los cobardes no veréis a Dios. Tampoco la morada del rey supremo verdadero es para los caballeros templarios de hoy mentirosos y traidores. Algún día llevaré mi bandera donde me será puesto sobre los hombros el manto blanco y una espada en mi mano, y la cruz que esta simboliza, será la prueba definitiva de haber luchado contra la maldad y la oscuridad. No te rindas ahora, mi hermano, el camino es largo, la batalla sangrienta, y el enemigo cruel y despiadado. Por el honor y por la gloria del Creador. Por Cristo y por el Temple. Por el amor de Dios y nuestros hermanos. Non Nobis Domine Sed Nomini Tuo Da Gloriam. Ad Maiorem Dei Gloriam. Yasser Leodan Rodríguez Acosta Aldabó Azahares Roldán. Caballero de Cristo y del Templo Verdadero. Desde la República de Cuba, en el Caribe. Para la Comunidad Templaria Internacional y para el mundo profano... Nuestra Causa es Santa y Nuestra Orden, es de Dios. Amén. Amén. Paz y prosperidad. Salud y bendiciones por todos los Siglos. Amén. Dios lo quiere. Deus lo Vult.
