Algunos me preguntáis todavía, qué se necesita para ser un caballero templario? Si vais donde cualquier grupo neotemplario mediocre, OS regalarán la ceremonia de investidura y un manto blanco, con la cruz de gules, y... Ya sois caballeros templarios... No? Por supuesto que no. Para ser considerado como un caballero templario, necesitaréis más que una ceremonia privada y un manto blanco. Pasa que, en estos tiempos, hay mucho circo. Así es. Como dirían los maestros del temple moderno (no todos) hay demasiado circo. La mayoría solo va por la vestimenta y algunas palmaditas en los hombros. Unas frases más o menos cariñosas y la promesa de que seréis parte de algo muy importante. Pero... Y dónde quedó el juramento sagrado, los votos, la vida llena de sacrificio, el servicio por la humanidad y la protección de los peregrinos? Evidentemente, todo eso quedó en el pasado, para los que gustan de ser caballeros templarios de pacotilla. El verdadero temple y no lo que ven por la televisión, es dedicación, estudio, trabajo y oración... Como dirían los monjes cistercienses "Ora Et Labora"... Además de todo eso, el guerrero templario de hoy tiene que luchar contra las fuerzas del mal y la oscuridad, los vicios y las modas. No hay peor enemigo que la propia conciencia y las malas actitudes. Ser conscientes de esto, es lo más cercano al pensamiento de un guerrero templario. No se puede ser un caballero templario cuando usamos el manto blanco y luego, nos vamos a beber cerveza y disfrutar la vida como los demás. No se puede exigir moral en calzones. Algunos de antes que fueron postulantes hoy se pavonean con sus mantos y proclaman ser investidos en una ceremonia de pacotilla sin más Fons Honorum que su propia imaginación o el de un sacerdote que fue caballero... Santo Dios... Un caballero no es un Maestro que puede realizar ese acto de investir o nombrar caballeros. Y menos un Maestro puede autorizar a un caballero que no fue investido por él, para nombrar caballeros en su nombre. Todo eso es un circo, un cortometraje de Hollywood... Pero así es el mundo moderno. Ya no hay honor. Ya no queda el valor del caballero medieval y menos el respeto por los mayores. Alguien viene y solicita entrar a una Orden o Asociación de caballeros y en pocos días te pide cargos, diplomas y grados... Luego forma su propio circo y se hace llamar caballero templario. Mon Dieu! Pero no todo está perdido. Gracias a Dios. Todavía hay donde mirar y hacia donde caminar. Dios mediante, pronto lo veréis... Y seréis testigos de una Orden que no regala mantos y grados. Y estaréis seguros de haber encontrado el verdadero temple. Amén. Gracias Milord Jesucristo. Yasser Leodan Rodríguez Acosta Aldabó Azahares y Roldán. templecuba@gmail.com