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Ser un caballero templario moderno, de estos tiempos, no significa ser un verdadero caballero, templario, sino que poseas el espíritu del Temple.

A todos, en esta vida, nos toca ganar o perder... Aunque, muchas veces, perdiendo se gana. Alguna vez, antes de ponerme un anillo con la cruz, quería solo ser un caballero templario. Y es en este momento que veo la dimensión, la carga y la satisfacción de vestir el manto blanco, con la cruz de gules, en el hombro izquierdo. Muy cerca del corazón. Los que lo usan por debajo del codo, por detrás y más alejado del corazón, no son verdaderos templarios. Hay que sentir el manto, no usarlo como una prenda más para tomarse fotos y subirlas a las redes. Esos que pregonan y se vanaglorian de haber estado en la ceremonia, y recibido la investidura terrenal de manos mortales, no saben lo que fue y es el verdadero Temple. Solo son payasos de carnaval que divierten y entretienen a los que sienten o piensan como ellos. La primera vez que vi nuestro beauseant en mis manos, blanco y negro, con su cruz de gules... Magnífico, aunque regio, callado y sencillo... Fue como una premonición. Acaso, estuvimos en aquellos momentos y cabalgamos a su lado? Acaso, batallamos y osamos derramar nuestra sangre por Cristo, y por nuestro beauseant? Que si no son la misma cosa, yo no sé lo que significa. La bandera templaria no es una tela cualquiera. Hace poco, al verlo, un joven me dijo que una bandera de verdad es de tela, no de poliéster. Qué saben los que no sienten? Qué pueden opinar los que no son como nosotros, que fuimos llamados a seguir nuestro beauseant y usar el manto blanco de caballeros templarios? Y no hablo de fanatismo religioso, actuar sectario y sensacionalismo. Entre los que no fueron investidos y los que no fueron llamados, existe una diferencia, porque hay muchos que son ya caballeros por la mano del hombre, pero su espíritu no es el espíritu del Temple. Dios, que lo sabe todo y que todo lo ve, si fuera hombre, moriría de risa, al ver tanto fantoche vistiendo el manto templario. Sin el espíritu del Temple, no hay ceremonia de investidura que sea bendecida por Dios... porque un guerrero de Dios, no miente, no traiciona y no teme jamás aceptar sus errores. Yo, he pecado y he sido nombrado caballero. Yo, soy indigno de Dios, como todos aquellos que se han apartado de Su Santa Causa. Sin embargo, Él me ha perdonado y me ha dado la Orden y la Oportunidad de seguir adelante con la cruz en el manto, en el beauseant y en mi anillo. Los tres, llevan la cruz patee significando la Orden templaria y la gracia de Dios. Solo me falta la espada medieval, moderna, sea copia, original, pero con el espíritu del Temple. Y quizás alguien diga: también carecéis de un caballo, porque sin el corcel de batalla, un caballero no puede ser. Y después el yelmo con su armadura. Y un escudo con su lanza. Y una sobrevesta... Cómo podéis ver... No es fácil, simple o sencillo, ser un caballero. Y así muchos andan orgullosos de haber pasado por una ceremonia de investidura. Necios. Necios y traidores, con el espíritu de Nogaret y de Felipe IV de Francia. No sois más que payasos que os equivocáis y todavía pensáis que sois un rey. Cristo Vive y es el verdadero rey. Milord, ellos no saben lo que hacen. Hoy hace 10 años que desperté y empecé a caminar por este sendero, y todavía, idiotas, me dicen que no he sido iniciado... Pero, qué se puede ver o esperar de los mediocres y de los vulgares que, como tantos, les he tratado de enseñar a firmar? A rubricar un documento. Y de los que, sin saber... Los apoyan y se ponen de su lado. Incluyendo a Obispos y maestres, Grandes Priores y toda clase de cargos simbólicos actuales. Hoy tengo mi certificado, mi anillo, mi bandera templaria, mi cruz... Y tengo a Jesús. Mañana será la reunión y la ceremonia de investidura, el manto y el juramento de no retroceder o volver atrás, después de haber aceptado este camino, Su Voluntad y Su Verdad. Non Nobis Domine Sed Nomini Tuo Da Gloriam. Ad Maiorem Dei Gloriam. Caballero de Capítulo (2017). Comendador (2018). Fundador y Regente (2019 a 2022). Maestro de Formación (2022 a 2024). Caballero KTC (2024). Gran Prior (2025). SOET (TempleCuba). Gran Priorato Nacional de los caballeros templarios en Cuba.