Estimados hermanos de armas y de fe. Vista hace fe... A menudo escuchamos esa frase y estamos conscientes de su veracidad en este siglo. En la Antigüedad, los hebreos fueron testigos de señales y milagros. Hoy también existen, pero nadie las ve... Solo aquellos implicados en un hecho... Y por supuesto, los que han recibido el don de ver... La frase, el que tenga ojos que vea, se usa como un juego de palabras para entender que no se trata de la vista normal. Se trata de ver más allá de lo que ve... el ojo humano. De igual forma se dice, el que tenga oídos que oiga, con el idéntico sentido. Mientras que unos oyen el mensaje, simplemente, otros lo escuchan, lo analizan, lo interpretan... Pero vamos a las palabras anteriormente citadas... Vista hace fe... Ya casi nadie quiere (o muy pocos, están para Dios). La mayoría solo piensa en el dinero, en los alimentos, en lo que pueden resolver o ganar siendo miembros de una Orden o una iglesia... Todos, excepto aquellos a quiénes el mismísimo Dios ha tocado y abierto sus ojos... Se podría decir que viven un error los que no ven sin mirar lo material o escuchan sin oir cantos de sirenas y propuestas de regalos o ventajas, más allá de la verdadera fe y el amor en Cristo. Asimismo, la crisis actual ha llevado a muchos a materializarse y también muestra las grandes necesidades que tienen los mortales. Vista hace fe... La fe ciega y el fanatismo no son la clave, sino la conducta de los que se yerguen o erigen como pastores y faros en estos tiempos de oscuridad espiritual. La luz que prevalece y emana del Creador y dentro de nuestras almas no puede ser vista solo con la palabra. No se trata de hacer holocaustos y regalos. La dádiva consiste y es perfecta cuando nuestro señor Jesucristo es quien la ofrece. No se trata de pedir o recibir los panes y los peces, por el hambre mortal, sino que debemos alimentarnos también y saciar el hambre o carencia espiritual. Los que vienen a nuestra Orden porque ven y desean el manto, asistir a ceremonias de caballeros y ser parte de algo diferente, llamativo, fuera de lo común... Siempre van a esperar algo más que vivir la fe, la espiritualidad y el conocimiento. Los que van a la iglesia o casa de oración buscando lo material que se ofrece, porque alguien tiene la posibilidad de hacerlo (la jabita del mes, la merienda, etcétera) no son verdaderos cristianos. Y algunos dirán, sí lo somos, pero tenemos hambre... Ya lo dije antes, no solo de pan viven los hombres. Los alimentos hacen falta, son muy necesarios, pero la iglesia y el temple no quitan el hambre mortal. Aunque los miembros (unidos y unos a los otros) se ayuden y crezcan en la fe. Las obras de caridad son para los pobres y los débiles que no pueden trabajar. Ora et Labora. Trabajo y oración. Ese fue y será nuestro Lema histórico, y el de todas las órdenes religiosas. Y el de hoy Solo a Dios la Gloria. Cristo reina, Cristo vence. Non Nobis Domine... Sed Nomini Tuo Da Gloriam.
Posdata...
Luego están los que solo quieren música y reggaeton... Los contentos o necios o mediocres... Los que tienen mucho estrés... Los que tienen más problemas que todos... O los que tienen muy poco en su mente (cerebro)...
Venid al temple los que buscan el conocimiento y la verdadera fe. No vengan por comida que solo cura el hambre mortal. Dios oye y mira vuestro sacrificio. Dios conoce nuestras faltas. Pedid y se os dará... Dice la Escritura. Pero pidan a Dios. El pastor (obispo, sacerdote) también tiene que comprar su comida y la de su familia. Y los diezmos? Los diezmos no son para el pastor. Son para el mantenimiento de la iglesia. Nuestra iglesia. O en el caso de la Orden, para la Orden. Y los mantos cuestan. Todo cuesta. Nada es gratis en este mundo. Salvo la Gracia y el amor de Dios. Venid pues a recibir ese Amor y ámense unos a otros, como verdaderos hermanos. Amén.