El proyecto político de Javier Milei se caracteriza por la indivisibilidad entre su programa económico-social y su "batalla cultural", ambos formando parte de un proyecto reaccionario. Esta conexión implica que sus políticas económicas y posturas culturales están intrínsecamente ligadas y buscan transformar la sociedad en su conjunto. El ataque de Milei al movimiento feminista y de la diversidad en Davos no fue un acto aislado, sino parte de una estrategia más amplia para restaurar un orden autoritario. Sus acciones, aunque puedan parecer erráticas, tienen un propósito y una dirección clara dentro de su proyecto.El neoliberalismo, en el cual se enmarca el proyecto de Milei, se define por la deslegitimación de la intervención de las masas en la vida pública, buscando minimizar la participación popular en la toma de decisiones. Este enfoque se combina con una cara conservadora que valora la tradición, la familia y la religión como mecanismos para establecer un orden jerárquico y autoritario. La familia es presentada como una "empresa" donde se acumula "capital humano", lo cual deslegitima movimientos de liberación y restaura la familia tradicional como una unidad aislada.El objetivo principal del proyecto de Milei es la destrucción de toda forma de sociabilidad colectiva, fomentando el individualismo y debilitando los lazos comunitarios. Su libertarianismo se describe como una variante excéntrica del neoliberalismo, compartiendo sus valores fundamentales como la desregulación y la minimización del rol del Estado. Intelectuales como Friedrich von Hayek y Ludwig von Mises, referentes del neoliberalismo, apoyaron regímenes autoritarios, demostrando una inclinación hacia posturas autoritarias.La crítica al neoliberalismo no debe limitarse a su forma más conservadora, ya que posee una dualidad con una cara modernista que busca adaptar la sociedad al mercado. La guerra social y la "batalla cultural" son indivisibles dentro del proyecto de Milei, ambas buscando desmantelar las formas de organización social y restaurar un orden moral tradicional. En resumen, el proyecto de Milei se considera decididamente reaccionario, buscando la destrucción de la sociabilidad colectiva y la imposición de un orden autoritario.