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El Dúo de Dos Mundos1. No quiero hacer comparación ni menospreciar. La razón por la cual yo, como escritor, hablo del 92 al 2000 es porque yo soy del 92. Yo podía hablar de los años antes del 90, del 80, del 70 o del 60, pero no tengo suficiente conocimiento directo. Solo puedo conocer lo que escucho, lo que narran otros o lo que está escrito sobre los antepasados.2. La razón por la cual me enfoco en el 92 al 2000 es porque esa es la línea que viví y sigo viviendo. Es lo que veo con mis ojos cada día, lo que escucho con mis oídos y lo que siento en mi propia piel. Hablo de mi tiempo porque lo conozco.3. Cada generación vive de la cosecha que dejaron los antepasados. Nosotros, los del 92, recibimos una educación, una forma de ser, una manera de pensar gracias a quienes estuvieron antes. Pero, aunque ellos no estén presentes físicamente para enseñarnos, nos adaptamos porque queremos, porque ponemos de nuestra parte.4. Adaptarnos al mundo que encontramos es parte del proceso natural. Y no se trata de dividir ni de juzgar, porque ninguna generación tiene la culpa. Solo somos resultados del tiempo que nos toca vivir.5. Siempre he dicho que la educación familiar es fundamental. La escuela cumple su rol, pero la base, lo esencial, nace en el hogar. Los padres de antes no son iguales a los padres de hoy, y eso marca una diferencia importante.6. Antes, los padres supervisaban todo. Cuando llegábamos de la escuela, lo primero era revisar el cuaderno: qué tarea había pendiente, qué faltaba por hacer. Eso se hacía antes de la comida, antes del descanso.7. Muchos hogares no tenían luz. La tarea se hacía con lámpara o con vela. No importaba la circunstancia, la tarea se hacía. Y cuando tocaba trabajar matemática o sociales, no había celulares ni calculadoras inteligentes.




8. Teníamos que escribir a mano, con pluma, crayón o lápiz. Si cometíamos un error, había que borrar, y si el error era grande, había que romper la hoja completa y comenzar desde cero. Nada de un clic. Nada de un “copiar y pegar”.9. Encontrar un resultado matemático era romperse la cabeza, era sudarse el conocimiento. Era buscar, equivocarse, intentarlo de nuevo, hasta lograrlo.10. Hoy en día no es así. La generación actual no vive ese nivel de esfuerzo porque la tecnología facilita todo, incluso demasiado. Con un clic obtienen el resultado. Con otro clic imprimen lo que necesitan.11. Y no es que esté mal. No estamos en contra del mundo moderno. Es necesario adaptarse al avance. Pero muchos padres ya no supervisan la tarea de los niños; algunos no pueden por trabajo, pero otros simplemente no lo hacen.12. En muchos hogares se ha perdido ese seguimiento diario. Los niños crecen haciendo lo que entienden que es mejor, pero no necesariamente lo que realmente les conviene.13. El acceso fácil a la información es una ventaja enorme, pero también nos está desconectando del valor del esfuerzo, de la paciencia, de la dedicación. Antes no nos aburríamos, siempre encontrábamos algo físico que hacer.14. Hoy todo se resuelve desde una cama: estudiar, trabajar, pedir comida, socializar. Es un mundo cómodo y bonito, pero hay una parte esencial que se está perdiendo.15. Y aquí es donde entra la raíz. Un árbol no puede ser árbol sin raíz. La raíz alimenta al tronco, el tronco a las ramas, y las ramas a las hojas. Cada parte es vital.16. Si matamos la raíz, el árbol se muere. Si la raíz no se sostiene fuerte en la tierra, cualquier brisa lo tumba. Lo mismo pasa con nosotros: si olvidamos nuestra raíz, perdemos nuestra estabilidad.




17. Debemos agradecer a los antepasados, porque si hoy tenemos tecnología y modernidad, es gracias a los que pensaron antes que nosotros. Todo lo que hoy disfrutamos viene del esfuerzo de quienes ya no están.18. Nosotros, a su vez, debemos pensar en los que vendrán mañana. No dejarles un mundo superficial, sino algo sólido, estructurado, con valores reales.19. La vida antes no era perfecta, pero tenía esencia. Tenía conexión. Tenía presencia humana. Hoy, aunque todo sea más fácil, no podemos dejar que esa esencia desaparezca.20. Mi análisis no es para dividir ni para juzgar. Es para construir un puente entre generaciones. Para que entendamos de dónde venimos y qué debemos dejar.21. Literatura VIP 1 no busca ofender ni crear conflicto. “Las Mil Razones” no es un proyecto que señala ni condena; es un proyecto que observa, reflexiona y valora. Es un llamado a entender que el mundo de hoy existe gracias al mundo de ayer.22. Espero que no me juzguen por hacer esta comparación entre la generación del 92 y la del 2000. Yo soy del 92 y, por eso, puedo hablar con propiedad sobre lo que viví, lo que vivo y lo que observo a diario.23. Cada generación cosecha lo que dejó la anterior. Yo soy un resultado de lo que sembraron los que vinieron antes del 92. Gracias a ellos recibí educación, valores y estructura. Así mismo, nosotros debemos dejar un legado para los que vienen detrás. No es comparación para menospreciar; es un llamado a analizar, reflexionar y valorar nuestras raíces.

—Escrito por Robertho DesirFundador de Literatura VIP 1
Proyecto: Las Mil Razones

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“Un podcast original de LiteraturaVIP1 creado por Robertho Desir.”