A veces, un silencio tiene más repercusión mediática que la palabra pronunciada en público. Ese ha sido el caso, durante las últimas semanas, de la ausencia de una condena verbal por parte de Francisco de lo que está ocurriendo en Nicaragua en relación con la Iglesia Católica. El pontífice se refirió a ello hace unos días desde el balcón de la plaza de San Pedro. Aún así, parte de la opinión pública ha expresado su rechazo por considerar poco contundentes sus palabras. En este episodio vamos a profundizar en ese aparente silencio cómplice de Roma en relación con algunas dictaduras del mundo.