Francisco ha reunido en Roma al colegio cardenalicio en una cumbre extraordinaria, aprovechando la creación de veinte purpurados que apuntalan la apuesta de una Iglesia más universal que nunca. Los convocados han sido llamados para analizar la constitución apostólica Praedicate evangelium. Quienes han participado, el encuentro se desarrolló en un clima sinodal, propiciando un debate abierto, con legítimos matices, donde se intercambiaron pareceres. Las voces críticas han estado ahí. Pero, en base a lo mayormente expresado, ¿son tan voluminosas como pensábamos en el pasado?