El papa Francisco ha viajado estos días a Kazajistán para participar en el Congreso de Líderes de Religiones Mundiales y Tradicionales. Allí alertó sobre la urgencia de proteger la libertad religiosa como un derecho fundamental, primario e inalienable que no puede limitarse únicamente a la libertad de culto. Ofreció a cristianos, musulmanes, judíos, budistas y demás credos presentes en Nursultán las líneas maestras de su pontificado a modo de nueva ruta del encuentro basada en las relaciones humanas.